Del 18 de julio al 18 de agosto se exhibirá la exposición «Imagen y Literatura», del gran artista gráfico argentino Lorenzo «Lolo» Amengual en la sala Leonidas Gambartes.
Las obras exhibidas en Imagen y Literatura pertenecen a tres libros ilustrados por este gran artista gráfico argentino nacido en Marco Juárez, Córdoba, en 1939. ABC de las microfábulas (2012) con textos de Luisa Valenzuela, Cábala Criolla (2014) Imágenes de la quiniela, glosados por letras de tangos, y sus Cartas a Goya (2019). Artista gráfico, diseñador y humorista, arquitecto e integrante de la generación Di Tella. Lorenzo “Lolo” Amengual ha desarrollado una extensa y amplia trayectoria desde los años 60 hasta la actualidad, abarcando la dirección en agencias publicitarias y la participación en destacadas publicaciones, muestras, bienales y jurados. En 2012 recibió el Diploma al Mérito en Grabado otorgado por la Fundación Konex.
Un vistazo apretado sobre el libro ilustrado
Las imágenes que forman esta muestra, pertenecen a tres libros que he ilustrado en los últimos años: ABC de las microfábulas (2011) con textos de Luisa Valenzuela, Cábala Criolla (2013) Imágenes de la quiniela, glosados por letras de tangos, y mis Cartas a Goya (2019).
De formato y géneros diferentes, los tres abrevan y se montan en la tradición de la ilustración occidental y la novela gráfica y han sido formateados por la imprenta (muchas gracias don Gutemberg)
Magia y religión, comenzaron a fijar la realidad con estatuillas y pictografías. Luego un proceso de abstracción sucesiva despegó lo visto de su representación; entonces otro sistema simbólico cubrió esa brecha: nacieron los alfabetos. La escritura y su sistematización visual: la tipografía, es una consecuencia del dibujo, se parecen en tanto escribir y dibujar requieren del papiro, el pincel y el pigmento, pero su naturaleza es diferente.
“Lo que no es natura, es cultura” se cansan de decir los de Salamanca desde hace siglos. Es cierto. «Natura» es la mirada con que nacemos, anclada en nuestra compleja fisiología animal, allí apunta la imagen, mientras que «Cultura» es decir poder leer, es un acto racional que se debe aprender. Mirar y leer crea una tensión entre dos placeres, administrar esa tensión es el oficio que ejerzo: ser ilustrador.
Sin embargo el ojo, vigía infatigable, tiene sus puntos vulnerables, y su zona indefensa es bien conocida por los publicistas: siempre gatilla la acción, pero trampeado o seducido, motoriza el consumo.
Masticar imágenes, como todos sabemos, es muy placentero. Lo grave es que, convertidas en dieta única terminan afectando nuestra sesera, y si el seso se achica la libertad se reduce, la igualdad disminuye y la fraternidad desaparece: nos volvemos dóciles y manejables. El paradigma posmoderno: «Ojo lleno, corazón contento» es una trampa, prefiero un sandwich.
En los libros de contenido literario, la relación texto/imagen tomó cientos de formas, pero sus múltiples retóricas, no sólo complementan o explican la expresión literaria, la amplían. Desde las biblias grabadas por Durero, hasta las maravillas dibujadas de Doré o por Carlos Alonso.
La ilustración, magullada hoy por los millones de imágenes que lo digital acciona, siempre ha encontrado un camino para sobrevivir. En nuestros pagos se refugia en la literatura infantil y en otros géneros poderosos como el humor y la historieta, donde relato e imagen se vinculan. Breccia, Salinas, Pratt, junto a nuestro Fontanarrosa, Scafati, Muñoz o los Nine, y los miles de jóvenes dibujantes entusiastas que se multiplicaron y la sostienen.
El tema es apasionante y el porvenir peligroso, pero los medios de producción digital que trastocaron el panorama permiten vislumbrar, en su interior, algunas salidas esperanzadoras. El resultado será muy diferente, pero corazón y seso, letra e imagen, seguirán encontrándose para emocionarnos.
Sobre Lorenzo Amengual
por Eduardo Stupía
Lorenzo “Lolo” Amengual es uno de los grandes artistas gráficos argentinos. Una vez más, hace falta recordar que lo gráfico es un género mayor, de laborioso y traicionero abordaje. Porque es fácil caer en el simplismo cuando se dibuja teniendo que contar algo, más allá de la eventual potencia alusiva o metafórica que detente el autor, y muchas veces la sujeción a la claridad expositiva rebaja la autonomía misma del dibujo. Amengual invariablemente ha estado a salvo de ese desliz gracias a su cuantiosa usina de recursos e invenciones, lo cual lo ha instalado singularmente en el podio de un altísimo linaje artístico, un canon que el propio Amengual define al mencionar los nombres de quienes considera generosamente sus maestros, y cuyo caudal se nutre de los grabadores rioplatenses con Víctor Rebuffo a la cabeza, del expandido universo expresionista (con resonancias epigonales) como las novelas en imágenes del enorme Franz Masserel, y del infatigable espíritu crítico y burlón que sobrevuela la rica historia del humorismo gráfico vernáculo, desde PBT hasta Satiricón.
Inauguración:
Jueves 18 de julio / 19 h
Entrada gratuita.
Visitas
Lunes a domingos de 10 a 20 h