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#homenaje

Adiós al mejor guionista de historietas del mundo

Martes 19 octubre, 2021 |

El Centro Cultural recuerda al genial Robin Wood (1944-2021)

 

Cuando murió este domingo a los 72 años, Robin Wood había creado cerca de un centenar de personajes y escrito unos 10 mil guiones, en especial para la editorial Columba argentina.Pepe Sánchez y Dago fueron dos de sus historietas más populares pero sería con Nippur de Lagash que su nombre y su fama alcanzaron un reconocimiento internacional que perdura hasta nuestros días convirtiéndolo en un referente del género.

Wood nació en enero de 1944 en Caazapá, Paraguay, a 205 kilómetros al sur de Asunción. Comenzó a escribir muy joven a pesar de no haber terminado la escuela primaria por la situación económica de su familia. Sus abuelos  habían debido emigrar a suelo paraguayo luego de una prolongada huelga de esquiladores en Australia, donde se habían afincado. Fue argentino por adopción, ya que en 1950 se radicó con su madre en Buenos Aires trabajando para varias editoriales, publicando en revistas hoy legendarias como “D’Artagnan”, “El Tony” o “Intervalo” y formándose en la Escuela de Bellas Artes, Entre 1966 y 1997 había creado unas 30 obras con distintos dibujantes,

Nippur de Lagash fue un personaje sumerio que Wood inventó tomando como referencia las ciudades de Nippur, donde nacieron sus padres, y Lagash, ambas ubicadas en una zona histórica de Oriente Medio, en el sur de la antigua Mesopotamia, entre los ríos Eufrates y Tigris. «Es altamente probable que Nippur haya sido la obra de ficción más leída de su tiempo y la intensidad con la que sus lectores recibían sus episodios llegó a provocar amenazas de muerte a su autor cuando se producían volantazos en la trama, como aquel en que Nippur queda tuerto y comienza a lucir su icónico parche en el ojo», escribió en una nota en Clarín el periodista Diego Marinelli.

Agrega en el mismo trabajo: “En el pico de popularidad de su personaje estrella, Robin le propuso a Columba algo bastante inusual para una época sin correos electrónicos ni Whatsapp: Les avisé que me iba del país, que les enviaría los guiones por correo y que ellos me girasen el dinero allí donde estuviera. Eran muy reticentes, pues eso jamás se había hecho antes. Tras mucho regateo, aceptaron… pues les dije que de una manera u otra, me iría. Me había pasado ocho años en salas oscuras de fábricas, y quería ver el mundo”, les dijo. Tras la venia de Columba, el historietista armó una mochila y partió en barco con destino a Nápoles donde inició una existencia de trotamundos que lo llevó a rondar las latitudes más insólitas del planeta durante más de 40 años.

Ya sea desde un kibutz en Israel, desde las montañas turcas o en un tren cruzando China, Robin continuó escribiendo guiones que enviaba puntillosamente hacia Buenos Aires todos los meses” -repasaba el periodista-. “Vivió por todos lados (presume de no haber pasado más de seis meses seguidos en ninguna parte), se casó, se separó, tuvo hijos y dio vida a nuevos personajes que no alcanzaron la “beatlemanía” de Nippur pero que gozaron de una tremenda aceptación popular, como Pepe Sánchez -un agente secreto porteñísimo, entrañable y tarambana- y el magistral Dago, cuyas historietas tuvieron un enorme éxito en Europa, particularmente en Italia, donde se la considera un ícono del fumetto, el cómic italiano”. En Italia contó con uno de sus admiradores más notorios: Umberto Ecco.

Recibió muchas distinciones,destacándose la de Mejor Guionista del Mundo en la Bienal de Córdoba en 1997 y el Gran Premio de Honor del Festival de la Historieta del Mercosur de Asunción en 2000. Igual admiración ganó la colmada Sala Olga y Leticia Cossettini de nuestro centro cultural cuando en el marco de una edición de la “Crack Bang Boom” desgranó ante un auditorio de fervorosos seguidores de su obra, buena parte de su vida, sus viajes, sus amores y su vasta y perdurable obra en el mundo de la historieta.